Rosario. Con nuevas tecnologías, los estibadores entran en la era de la digitalización
El Centro de Contrataciones habilitará un moderno sistema de reporte de ingreso. Del «grito del capataz» al software. “Desterramos la condición de changarines”, dice Juárez (izquierda).
Después de haber remodelado su edificio, el Centro de Contrataciones (Cedecon), epicentro de distribución del personal que integra la Cooperativa de Trabajos Portuarios, sumará el mes próximo un sistema de software para reconocimiento facial que digitalizará el reporte de ingreso, transformando el rostro del trabajador en pantalla en una foto digital junto a un ticket con código de barras.
La innovación tecnológica incluye un panel de monitores, similar a los que funcionan en los aeropuertos, que comunicará visualmente la operatoria de los muelles con la imagen y turno designado a cada estibador según los roles de capataz, cañero, palero, mecánico y gruero.
El viejo galpón de Alem 248, propiedad del Sindicato Unido de Portuarios Argentinos, es el corazón de la producción laboral del complejo oleaginoso agroexportador. Su logística diaria ordena los destinos de 700 estibadores que cubren la demanda de los diferentes puertos, cumpliendo con las normas internacionales de seguridad para brindar servicios a las empresas multinacionales.
El predio adquirido hace 33 años se encuentra en plena transformación edilicia con la ampliación de 450 metros cuadrados, la construcción de oficinas en dos plantas, nuevos depósitos, una sala de reuniones y un salón de usos múltiples y cochera para los vehículos de los trabajadores. Las remodelaciones fueron acompañadas con cambios de organización, como el traslado del área de Recursos Humanos, que será más funcional y personalizado en coordinación directa con el departamento de Seguridad e Higiene Laboral.
Unico en el país. «Es el único Centro de Contrataciones para la estiba que existe en el país y que está legalizado por el Ministerio de Trabajo de la Nación. Logramos distinguirnos del resto de los puertos, donde la gente sigue boyando entre los muelles para saber cuál será la suerte del día», expresó Herme Juárez, presidente de la cooperativa, quien no olvida sus comienzos, a los 17 años, cuando subían descalzos a los barcos y esperaban la changa.
Con respecto al Cedecon, el directivo consideró que «para ser competitivos al mundo es necesario invertir, por eso creamos un espacio con tecnología de vanguardia, donde se reciben los pedidos de los muelles y se organizan con respeto los grupos de trabajo, con la ropa de seguridad obligatoria, el servicio de traslado en nuestros micros y un cajero automático que instalamos dentro del recinto para facilitarles el cobro semanal.
Software exclusivo. En cuanto al nuevo software, Hernán López, uno de los gerente de la cooperativa, explicó que fue diseñado exclusivamente para el funcionamiento del Cedecon, que contará con 20 monitores de 42 pulgadas «que trazarán la operatoria portuaria minuto a minuto, generando beneficios en el área administrativa y control del personal, el que a partir de octubre reportará el ingreso en tres cabinas de reconocimiento facial». En cada uno de los boxes, un ordenador trasformará automáticamente el rostro del sujeto en pantalla, sus datos biométricos o huellas dactilares en una foto digital, previa comparación con el fotograma preestablecido en la base de datos. Pasada esta instancia, se emitirá un ticket con código de barras que recibirá el responsable de cargar el sistema que simultáneamente distribuye funciones según la demanda de las terminales.
De esta forma, la historia del trabajador portuario se revierte. La precariedad de sus inicios autoconvocados en la esquina de calle Córdoba y Ramón Rodríguez a la intemperie, de alpargatas y encomendados a la suerte de un capataz que designaba a dedo quién trabajaba y quién volvía con los bolsillos vacíos, logra un salto significativo en las conquistas laborales. «Logramos desterrar la condición de changarines, hoy son todos estibadores que pueden mandar a sus hijos a la facultad, el 90 por ciento de nuestra gente tiene casa propia, cambiaron bicicletas por autos y pueden proyectarse en el futuro», remató Juárez.
Fuente: lacapital.com