Buenos Aires, un puerto con futuro

Con el regreso del tren, el ordenamiento del tránsito y la adaptación de la infraestructura, el principal puerto del país puede aumentar su capacidad.
El ordenamiento del tránsito, las operaciones ferroportuarias y la adaptación de la infraestructura a los megabuques de más de 330 metros de eslora son los proyectos en los que trabaja la AGP.
 
Para ordenar el tránsito se asignaron turnos para la exportación (la importación ya se encontraba regulada). Se estableció un área para estacionar camiones, controlar documentación y hacer colas de ingreso a las terminales. El resultado fue una significativa descongestión de la avenida Castillo. En breve se comenzará a asignar turnos para contenedores vacíos y para identificar a los transportes que operan con el puerto, lo que permitirá segregar el tráfico de ingreso en horas pico y restringirlo solo a la actividad portuaria.
Las operaciones ferroportuarias tienen dos aristas: la logística de las operaciones del material rodante nuevo que se descarga en dársena E, y la operación con contenedores. Ferrosur Roca aumentó sus operaciones de exportación e importación, y ya hay ingresos regulares del Belgrano Cargas (Ex ALL, de la cual la AGP es accionista), provenientes de Mendoza y del NCA desde Córdoba. El acceso del ferrocarril representa un ahorro significativo para las economías regionales y una mejora de la competitividad de la producción nacional. La demanda de los usuarios ferroportuarios obliga a la AGP a incrementar su parque de locomotoras. Y con la liberación de la traza del Belgrano Cargas se completará el acceso de todos los trenes al puerto.

El último punto es adaptar el puerto a las necesidades de los nuevos buques que ya recalan en Buenos Aires. Eso implica la renegociación con los concesionarios, cuyos contratos vencen entre 2015 y 2019, para que encaren de inmediato las inversiones.

Buenos Aires está en el corazón de las áreas de consumo, cerca de la carga y de las regiones más importantes de producción. Su protagonismo es irreemplazable en el mediano plazo, a menos que estemos dispuestos a que la carga argentina se maneje en puertos extranjeros.

Tiene futuro porque para su expansión no hace falta intervenir áreas naturales si no obras realizadas por el hombre. Con la expansión horaria, la regulación del tránsito, el crecimiento por agua y por ferrocarril, se logrará que el aumento de los volúmenes de carga no agregue nuevos conflictos a la relación entre los ciudadanos y el puerto.

Fuente: lanacion.com.ar